Hace un mes, un mes menos un par de días, nos reuníamos para pisar la entrada de Luz de Gas. Hoy como si fuéramos a pasar la tarde reunidos miramos hacia el cielo, algo más cálido y amable, para recordar por conferencia todo aquello que nos ocurrió aquella noche. Aquella noche que hacía frío y viento, pero nos brindó una vez más la dulce caricia de un pasado venido al presente de forma eternal. Una vez más quienes fueron respaldo del gran Elvis pasaban a primer plano para asombro de los presentes que devorábamos acordes y arpegios, silencios y figuras. Callados, a gritos o con lágrimas en los ojos grabamos a fuego sobre nuestra piel una noche que no fue una más, una noche que fue aquella noche.
Pedimos ayuda a los presentes para reconstruir aquella noche y describen con pelos y señales cada uno de los movimientos de la banda incluido aquel “¿sabéis que pasa cuando James está contento?” y el obsequio en forma de Suzzie Q, en forma de púa, en forma de apretón de manos. Otros rememoran el momento en que Dennis bajó al público. Y otros recordamos a flashes caras y gestos que quedaron grabados más allá de nuestras instantáneas.
Los acentos entre el público se mezclaban, aragoneses, vascos, navarros, valencianos, catalanes, madrileños, andaluces, castellanos y más que uno con el pasaporte de otro color, todos latían en el público entre sonrisas y lagrimones. Muchos lloramos como críos.
La noche iba ardiendo poco a poco, tema a tema, desde cada punto del local se oía el jaleo del público los gritos a James, a Glen D. y el silencio requerido para las intervenciones de los Imperials. El calor del griterío ascendía en vertical y se colaba por el ventanuco del camerino. Tras la primera línea de frente, entre bastidores se veían nervios, ganas y emociones, bailes y algún que otro abrazo. Hasta que al final, en un último esfuerzo de cierre de gira el pabellón se vino abajo entre aplausos y gritos, y los músicos saludaban visiblemente emocionados y el público sonreia y los que estaban detrás se relajaban tras un fin de semana realmente intenso.
James, salió del escenario, levantó los puños y se puso a dar saltos “Well done you guys! Well done!”
Gracias a los socios: Sandra Cruz, Silvia Pons y Nerea Gonzalez blanco por dar ideas para estas líneas.
Siempre aciertas, Teresa.
Una noche inolvidable. Un fin de semana espectacular.
Muchas gracias por escribirlo.
Como me he sentido de aludida Tere, momentos que no sabría explicar, los has descrito a la perfección.. de aquí a unos meses lo volveré a leer para no olvidarme jamás de esos «flashes» como decimos tu y yo .. jejeje