EP girls

En general, mi aproximación a la figura de Elvis Presley ha sido a través de sus canciones, de su labor artística, pero la fascinación que en mí ejerce me ha llevado a curiosear entre su vida personal, sus relaciones, sus actitudes, sus aptitudes, etc. Su personalidad en definitiva. Y, como me sucede con cualquier otra persona, hay características suyas que me gustan, otras que no y algunas que ni fu ni fa.

Un aspecto que sí que me llama la atención es su relación con las mujeres. No me interesa la enumeración completa de sus novias ni de sus citas, reales, promocionales, imaginadas o totalmente imposibles, pero el número de compañeras que tuvo es tal, que sí que me pregunto la razón o las razones que le motivaban a esa especie de hambruna por las féminas.

Cierto es que Elvis Presley lo tuvo más fácil que la inmensa mayoría de los hombres para realizar conquistas, obviamente por su absoluto atractivo físico, su fama, su magnetismo, su talento, su cortesía sureña en las primeras citas, su sentido del humor y ese toque de “conmigo-estás-en-peligro” en sus modales. Ser fiel es difícil, más en el mundo de la farándula, pero ser infiel de esa manera… Se me antoja aún mucho más difícil.

En las décadas de los 50 y los 60 este asunto se manejó con mayor discreción, aunque todos sabemos que cuando salía por la puerta su novia del momento, entraba otra compañía femenina por la puerta de atrás, conseguida por medio de Charlie Hodge, Red West,  Jerry Schilling, … Quien fuera. La frase de Sheila Ryan (una de sus parejas hacia mediados de los 70, quien acabara casándose con James Caan) es, cuanto menos, significativa: “yo quería ser su chica número 1”. Vamos, que daba por sentado que sin duda habría más. ¿Y el resto de sus compañías asumirían la misma verdad? Priscilla, no; acabó por rechazar todo aquello aun siendo ella la número 1 por antonomasia.

Para mí las mujeres esenciales de su vida, excluyendo a su madre Gladys y a su hija Lisa Marie, son Priscilla Beaulieu, Anita Wood, Linda Thomson y Ann Margret. No tengo razones especiales para verlo así, sino la sensación que he retenido después de tantos años de afición, libros, artículos, reportajes, citas, etc. Y son nada menos que cuatro, un número importante para cualquier ser humano a lo largo de toda una vida, y él llegó tan sólo a los 42 años.

Vuelvo a lo que escribí casi al principio: ¿por qué tantas? Seguro que hay entre los y las fans quien puede responder mejor que yo, por su formación, profesión (pienso fundamentalmente en personas relacionadas con la psicología) o incluso por su conocimiento y dedicación tanto al artista como al individuo. Me permito, no obstante, lanzar mis preguntas-conjeturas:

–¿miedo al compromiso?
–¿miedo a la soledad?
–¿inseguridad personal?
–¿búsqueda de apoyo al margen de la Memphis Mafia?
–¿simplemente un carácter caprichoso?
–¿reemplazo de la figura maternal?

Para mí sí que es fundamental la pérdida de su madre, aunque no tan sólo en su relación con las mujeres, sino en cómo abordaba su propia carrera artística. Sí, estoy convencido de que si Gladys hubiera vivido más tiempo, la vida de Elvis Presley hubiera tenido otros rumbos. Y, como antes, sólo me baso en mis sensaciones subjetivas.

¿Y tú? ¿Cómo lo ves?

Jesús Oliver Marquina (JOMair)